Reflexión del día: Estaba equivocado.
Resulta que ver a cuatro rallyeros enlycrados corriendo a la vez en un circuito urbano lleno de saltos, escaleras, troncos y alpacas de paja sí que tiene su interés. Y si hay un montón de mangas eliminatorias, cada una con cuatro rallyeros enlycrados corriendo a la vez en un circuito urbano lleno de saltos, escaleras, troncos y alpacas de paja, aún tiene más interés. Y emoción. Y mola.
Eso es básicamente el Cross Country Eliminator -XCE para abreviar-, una especie de four cross urbano en el que la inmensa mayoría de participantes no están habituados a enfrentarse entre sí en carreras de poco más de un minuto, luchando codo con codo y con el sillín a la altura de las nubes mientras bajan escaleras, pasan por wallrides o le tiran a los saltos -lo de los saltos solo algunos, tampoco nos flipemos-.
Pues bien, gracias a las ganas de la gente del Club Ciclista Maceda en general y al enorme Xulio Conde en particular -enorme en espíritu y compromiso, porque físicamente tiene pinta de pasar algo hambre el pobre hombre- se pudo celebrar, por segundo año consecutivo y aunque el título engañe, una carrera de XCE como espectáculo previo a la celebración de las carreras del Open de España Cofidis de Cross Country Olímpico. Que sí, que para tener un pueblo cortado toda una tarde y montar el cristo que hay que montar ayuda bastante que a la gente del pueblo le guste el ciclismo y que el alcalde apoye el rollo de las bicis, pero un evento como éste no se organiza solo y ahí es donde entran Xulio y su tropa.
Al principio de esta entrada dije que las carreras de XCE podían ser emocionantes, pero para eso se necesitan buenos corredores, como lo fueron la práctica totalidad de los inscritos. Ahora bien, hay que admitir que para los espectadores una buena parte de la emoción de la carrera la puso el corredor e ídolo local Iago García Búa, hasta que una caída bastante seria lo dejó fuera de carrera -quedando tan triste él como el conjunto de jóvenes y no tan jóvenes féminas que hasta aquel momento se deleitaban con la potencia y agilidad de sus portentosas, fibradas y depiladas piernas-. Una pena que no consiguiera la victoria final, pero otro año será.
Al final de todo el cristo de mangas eliminatorias, parones, caídas y demás, el ganador fue Samuel González, del C.C. Salvaterra de Miño. Y como ganador que es, se va a llevar las últimas fotos de esta entrada. Ahí quedan.
Un saludo.
No comments:
Post a Comment