Cada vez que voy al circuito de Vilaboa me pasa lo mismo: cuando empiezo a bajarlo digo "esto lo bajo en la rígida como nada, con la punta de la po***" porque parece fácil y suficientemente liso. Pero después sigo bajando y se me pasa.
Y se me pasa porque empiezo a ver agujeros donde se atascaría una rueda de 29" de esas que no sienten los baches, peraltes tan metidos hacia dentro que dan para refugiarse en un día de lluvia y rizados en zonas de frenada tan marcados que me fenderían las llantas en sien mil pedasos. Que oye, que no digo que sea algo malo, pero sí es algo muy característico de este circuito.
Así es el descenso de Vilaboa. Uno de los circuitos más trillados del mundo -sois todos unos entrenones-. El circuito donde Manuel Pellón bailó con la muerte y la esquivó al mismo tiempo el mismo fin de semana. Un circuito en el que un fin de semana normal está casi más entretenido el remonte que el propio circuito, de tantas furgonetas que suben y bajan. En definitiva, un circuito particular que mola, aunque hay que decir también que para esto de sacar fotos es un poco mierder.
Resulta que el domingo pasado estaba tan aburrido que decidí subir al circuito con la cámara para ver quién andaba por allí y al mismo tiempo ir entrenando algo yo también -porque parece ser que a finales de noviembre tendremos una visita ilustre a los circuitos gallegos y hay que estar en forma-. Y como no podía ser de otra forma, estaba a rebosar de gente. Había hombres, mujeres, niños e incluso endureros. Es más, no me equivoco si digo que había más riders que en algunas carreras del Open de Galicia de descenso.
Entre todos esos riders estaba Víctor Mariño probando su nuevo caballo de plástico -no el de Chicco sino a ÉSTE-, que por cierto mola un montón pero pesa lo mismo que mola, o sea mucho. Y no sé si por fue vagancia de entrenar o por ganas de tener fotos, pero cuando me reconoció dejó de hacer bajadas, vino a saludar y de ahí a nada acabamos haciendo una minisesión de test así de relax. Las conclusiones del test fueron varias: que mi cámara funciona correctamente, que uno de mis disparadores está muerto y la Intense M16 es dura y aguanta topes y burradas múltiples sin inmutarse. Es probable que la M16 de Pellón no aguante tanto, pero bueno en ese caso el problema no será de la bici sino del animal que lleva encima.
Y nada, el resultado como siempre está dispuesto a lo largo de esta entrada, para regocijo de los que salen y para que cualquiera pueda hacer su crítica a las fotos, al estilo de los riders o a los colores de las bicis o de la ropa del personal. Los que no salís en las fotos tranquilos, ya os llegarán enlaces por otros canales.
Un saludo.
Bravo!!!!!! Ahora toca entrenar tb con la bike!!!!
ReplyDeleteYo encantado, pero solo cuando rellenéis los agujeros con hormigón o algo así que dure jajaja
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