Para los que no hayan ido, la foto que viene a continuación resume la carrera de ciclocross celebrada el fin de semana pasado en O Rosal -nótese que se trataba una tarde de mediados de noviembre-:
A mí que alguien me diga si este tiempo seco, con sol e incluso calor, es muy normal en esta época del año. Y no es que tenga un odio desmedido calor y el polvo -después de muchos años he descubierto que en realidad cuanto más polvo hay en el ambiente (#nodrogadicto) más me gusta esto de hacer fotos-, pero es que al final uno se siente raro estando al sol en manga corta en pleno noviembre. Coño, que ya están los turrones y los polvorones en las estanterías de los supermercados y casi podríamos ir todavía a la playa a tomar el sol...
Por lo dicho en el párrafo anterior, quiero transmitir mi mayor y más sincero apoyo y solidaridad para los ciclocrossers gallegos, así como también para los de otras partes del mundo que estén sufriendo la sequía -bueno no, estos últimos no me dan pena, que no los conozco-. Porque sé que están tristes y deprimidos, es más, muy tristes y muy deprimidos, ya que sin agua y sin barro parece ser que el ciclocross no es ciclocross sino una especie de cross country mtb fácil que se corre con ruedas y manillares equivocados.
Y es que esta gentes lleva el barro en la sangre -y en las piernas, en los brazos, en la cara y hasta detrás de las orejas-, y cuanto más miserables son las condiciones en las que hay que correr más disfrutan. Increíble pero cierto. A mí no me cabe en la cabeza tal cosa, pero en algún momento habrá que probar de qué va el tema para poder opinar con conocimiento de causa. Porque si se dan congregado doscientos hombres y mujeres de 8 a 60 años todos los fines de semana para pasar tantas penurias es que algo tiene que haber ahí que enganche a la gente.
Pero a lo que iba. Que la gente está triste y alicaída porque no llueve, así que desde aquí quiero hacer un llamamiento a los dioses -alguno habrá que le gusten las bicis- para que cojan a los dioses responsables de la lluvia, le metan hondanadas de ostias y los pongan a trabajar, que lo único que tienen que hacer es abrir un grifo para que caiga agua y ni eso. Ni que fueran funcionarios...
Una vez discutidos los aspectos meteorológicos, sociológicos e incluso místicos de esta atípica temporada de ciclocross, pasemos a lo que realmente nos ocupa: mi "odio/resquemor" hacia Iván Feijóo, por los motivos que paso a explicar ahora mismo:
El primero y más importante es que hace que mis fotos no lleguen a ser lo buenas que podrían ser, porque en todas y cada una de ellas aparece con la misma cara inexpresiva, de esas que pone la gente que va en los trenes haciendo sudokus nivel fácil camino de sus aburridos trabajos. En esta entrada podéis ver fotos de corredores/as con expresiones de tensión, esfuerzo, cansancio, agresividad... pero después os vais a la cuarta foto por el final o a la de cabecera de esta entrada -ya os iréis después, ahora seguid leyendo- y no hay garra ni se nota hambre de victorias, sino que parece que está en cualquier momento de relax distinto a una carrera. Que oye, que es su forma de correr y no soy quién para reprocharle nada, pero como sacafotos poseedor de un ego gigante -como todos los sacafotos- me jode en el alma no tener ninguna foto suya en la que pueda decir "sí, joder, esta foto es la buena, mira ahí el pavo a tope toh lokoh, se nota que quiere fundirse al resto de corredores".
Y el segundo motivo de mi "odio" hacia el chaval reside en el hecho de que lo hace todo muy fácil, y parece que no se esfuerza ni se cansa. Da igual que sea una bajada complicada que una subida de más del 100 % de pendiente o una recta larga llena de arena. Coño, ver eso hace que me canse hasta yo, y en ese momento me doy cuenta de que no podría seguirle el ritmo ni medio kilómetro aunque él estuviera en la última vuelta de carrera y yo estuviera totalmente descanasado. A decir verdad, me pasa lo mismo con la inmensa mayoría de corredores -porque creo que no le aguantaría un sprint ni al más paquete-, pero como Iván destaca más pues se lleva mi "odio" y aquí paz y después gloria. Le ha tocado.
En fin... Después de escribir tantas estupideces juntas e intentar camuflar mi envidia bajo la apariencia de un falso odio hacia un buen chaval -aprovechando que todo el mundo viene para ver si aparece en las fotos y nadie se para a leer el texto- me voy a ir callando y os dejo como siempre con más fotos de esta atípica carrera de bici-playa ciclocross:
Un afectuoso y polvoriento saludo.
No comments:
Post a Comment