III DH Bregua

Hoy fui a pasar la ITV a nuestro Opel Corsa. El diagnóstico fueron cuatro deficiencias graves -nivel de aceite por debajo del mínimo, falta de luz en la matrícula trasera, ruedas traseras excesivamente gastadas y tapón del depósito de combustible no adecuado- y tres leves -matrícula delantera deteriorada, luz de freno trasera derecha fundida y tubo de escape levemente roto-. Y fue entonces, al leer el papel con todas esas deficiencias, cuando me acordé de Pikas y de que aún tenía que escribir esta entrada.

Puede que no lo sepáis pero Luis Manovel "Pikas", antes de pasarse a la burguesía total con su furgoneta Mercedes color canario, tenía una Citroën C15 que lo mismo valía para ir a por el pan que para hacer remontes en DH Muerte o ir en plan romántico con su novia. Es más, incluso tenía un "modo desahogo" que consistía en ir a la ITV con Jorge Gantes y la C15 hecha un cristo para encararse con el operario de turno al grito de "que es leve? pues pon leve, matao, pon todas las leves que quieras!" -a que lo leísteis con la voz de Pikas?-. El resultado era una hoja llena de deficiencias leves pero ninguna grave, las risas de ambos en la cara del operario de turno y la C15 de vuelta a la carretera. Y así siempre.

Pues resulta que el susodicho Pikas, que desde hace dos años aproximadamente se está tomando esto del descenso bastante en serio, ganó el fin de semana pasado su primera carrera del Open de Galicia de Descenso, y nada menos que en el temible circuito de Trokyland -antes conocido como Galician Hell, DH Muerte o Vaisamorirtodosputosmaricas-. Enhorabuena Chiski, que aún no te lo había dicho, y controla que aún estás empezando...

Y ya que he empezado a hablar del circuito de Trokyland -soy una máquina hilando temas- os voy a contar por qué se sigue "matando" la gente allí y por qué hay tanta polémica y comentarios sobre su peligrosidad. Porque si el circuito ya no es la bravada que era los años anteriores -gracias a Dios-, está suavizado, ancheado y aún mejor mantenido es que algo tié que haber. Y ese algo ya no es el circuito, sino que la gente no se mide.

Me voy a explicar con un ejemplo muy sencillo: "la grieta". La grieta es un paso muy estrecho entre dos piedras que hasta este año estaba razonablemente cubierto de tierra, pero que este año se fue limpiando y quedó bastante delicado, tanto que al pasar era imposible no tocar en las piedras con pedales, cuadros y/o horquillas. La cosa es que los corredores seguían pasando igual por la grieta porque al parecer era la trazada más recta y rápida, y como no podía ser de otra forma acabaron viéndose roturas de espalderas, muñecas, clavículas y montones de moratones. Pues bien, señoras y señores, en esa zona había nada más y nada menos que... otras cuatro trazadas! Y todas tan o casi tan rápidas como la grieta y con ninguna posibilidad de hacerse daño -si no me creéis preguntad a cualquiera que viera pasar a Montenegro rodeando por la derecha a ver si iba lento-.

Otro punto conflictivo era "la empatada de las piedras", que como su nombre indica era un salto desde una piedra a otra. Ahí había varias opciones. Si tenías calidad y sentido común la hacías y salías vivo, si no tenías calidad pero sí sentido común salías vivo, y si no tenías calidad ni sentido común... pues bueno, ya tú sabes. Alguno con calidad y cabeza acabó en el suelo en ese punto, pero es algo que entra dentro de lo normal en una carrera de descenso y tanto puede pasar en Trokyland como en Coruxo, Molinos -preguntad a César Sánchez-, Tui o Santiago.

Y después tenemos el tema de la inclinación, que es lo que Troky usaba erróneamente como argumento para decir que su circuito era solo para gente con cojones y es lo que de verdad acojona a la gente. Cierto es que en un circuito inclinado de verdad como éste cualquier caída supone acabar bastantes metros más abajo de lo normal y haciéndose pupa, pero también es cierto que eso se soluciona bajando dentro de las posibilidades de cada uno, no abriendo freno a la mínima y... entrenando. Como en todo en la vida el entrenamiento es la clave de todas las mejoras, y dado que esto no es una quedada sino una carrera en la que se compite hay que estar preparados. Y si no que se lo pregunten a Pikas y a Pellón, que en próximas fechas serán nombrados hijo y sobrino adoptivos de Santa Leocadia.

El resumen de esta chapa que acabo de soltar es que a este circuito no hay que tenerle miedo -para demostrarlo, antes de la carrera del año que viene hasta es posible que me grabe rodándolo entero por todas las alternativas y dando pena-, pero hay que saber el nivel en el que se está y actuar en consecuencia. Un ejemplo de esto lo tenemos en un hombre al que llamaré el Eslovaco -el mismo que lo dio todo la noche del descenso urbano de Sarria-, que bajó dos veces el sábado y dijo que era demasiado para su estado de forma, así que el domingo lo vio desde detrás de las cintas agarrado a una Estrella Galicia. Este personaje, que no murió en el intento y que ya sabe cómo es el circuito, el año que viene vendrá adecuadamente preparado y hasta es posible que haga podio. Como decía Bruce Lee, "be el Eslovaco, my friend".

Para terminar, y por si en realidad alguien se lee estas parrafadas que suelto en vez de buscarse en las fotos, solo me queda desear a todos los mancados -que seguramente serán los más rápidos en inscribirse el año que viene- una pronta recuperación y dar la enhorabuena a todos los que consiguieron terminar, desde el primer hasta el último rider -que aún siendo el último seguro que me da mil vueltas, y por tanto tiene todos mis respetos-.

Ah, y el Corsa al final pasó la ITV como buena roca que es. Una chatarra pero duro como una roca.

Un saludo.

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