Sunday, May 18, 2014

Winter is coming


Seguro que muchos de vosotros ya estais preparando el verano, con su sol, su calor, su operación bikini -o trikini, o tanguini, según gustos-, sus ligues o ficheos, su buenrollismo en general... ¿A que sí? Pues no os confieis y hacedle caso al sabio de Eddard Stark -los dioses lo tengan en su gloria, aunque le falte la cabeza- cuando decía eso de que "El Invierno se acerca"...


Juego de Tronos es una serie de televisión basada en una serie de libros gordísimos llamados Canción de Hielo y Fuego, escritos por un tal George R. R. Martin. Pues bien, esta serie, de la que seguramente existan pocas cosas nuevas que contar porque seguro que todos la veis, es una ida de olla sin fin -y cuando digo sin fin lo digo en sentido literal, porque el amigo George aún tiene pendientes de terminar dos libros de la serie- cuyo argumento es muerte, muerte, tetas, muerte, tetas, muerte, muerte, tetas, muerte... y así siempre. Y por eso mola. Aunque tenga más personajes que La Colmena y no te enteres de nada.


Empecé a ver la serie cuando terminó la segunda temporada y me enganché -tanto es así que me vi los veinte capítulos en menos de una semana-, pero tengo que reconocer que soy de los que ya no se entera de nada ni se esfuerza por ello, básicamente porque tengo suficientes cosas en la cabeza como para después meterle diez millones de personajes que a lo mejor solo duran un capítulo, o que salen una vez cada dos temporadas, o que mueren pero no mueren... Además, el formato de diez episodios por temporada no ayuda, porque no hay persona humana que se acuerde de la temporada anterior después de un parón de casi diez meses. Ahora me preguntareis "¿y por qué no te ves la temporada previa un mes antes de que empiece la nueva, si solo son 10 capítulos?", y yo responderé "es que ya perdí la esperanza de hacerme una idea de la historia en general, así que me da todo igual y paso".


Pero no siempre fui así de pasota con la serie. Hubo un tiempo, cuando reinaba Aerys de la casa Targaryen, el segundo de su nombre, Rey de los Ándalos y los Rhoynar y los Primeros Hombres, Señor de los Siete Reinos y Protector del Reino -nah es coña, fue poco después- en el que amablemente me prestaron los dos primeros libros y los empecé a leer para enterarme de todo, comparando cualquier detalle de la novela con la serie. Leía con tal voracidad y me empapaba tanto del espíritu de la época que incluso empecé a escribir como el amigo George, y lo peor es que me gustaba. Pero entonces la persona que me pasaba los libros -y que claramente no se apellida Lannister ya que no pagó sus deudas- dejó de suministrarme mi dosis necesaria de lectura, con el consiguiente bajón seriéfilo y lector. Ahí quedó el tema y mi fanatismo por la serie empezó a decaer a velocidades de vértigo.


Y hasta hoy. Ahora veo la serie sin agobiarme por retener todos los detalles de la historia y con tranquilidad -yo a eso lo llamo "apagando el cerebro"-, sin más pretensiones que entender lo más que pueda ese inglés hablado con miles de acentos distintos -a cuál más chungo- y ver cómo en cualquier momento se pueden cargar a cualquier personaje principal sin venir a cuento. Y por las tetas. Y por Aria e Ygritte. Y por finales de episodios tan surrealistas como éste -a partir del minuto 5, música de los créditos inclusive-. Y por las tetas.


Pues eso, que mucho cuidado con el frío, id bien abrigados y, si podeis, escapad de los caminantes blancos, que están muy locos.


Un saludo.


Nota: Todas las fotos de este blog tienen copyright y no se pueden usar sin permiso del autor. All photos in this blog are copyrighted and can not be used without permission of the author.

1 comment:

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...