Thursday, February 7, 2013

Un puente cualquiera


Pues sí, es un puente. Un puente es un puente, como todos los puentes del universo de los puentes.


Posiblemente sea éste el mejor momento para sacar a relucir mis conocimientos sobre ingeniería de puentes, estructuras y demás, pero dado que no tengo más de 20 años de experiencia internacional en cálculo de puentes singulares de ferrocarril -de alta velocidad, por supuesto- por elementos finitos, y que por tanto soy absolutamente invisible e inmereciente de llamarme ingeniero de caminos, permítanme ustedes que pase de dar explicaciones técnicas. Esa tarea se la dejo gustosamente a cualquier responsable de recursos humanos de cualquier empresa, única subespecie humana cuya sabiduría infinita les permite situarse por encima del bien y del mal y mandar sobre las vidas del resto de mortales -si son los que eligen a los mejores será porque saben aún más que ellos, ¿no?-.


Este puente en concreto está cerca de... ningún sitio, en el medio de la nada, tirado encima del embalse de Belesar, viendo la vida pasar cual jubilado sentado delante de una obra y esperando que alguien como yo se fije en él y lo saque del anonimato -tarea harto difícil dado el nivel de visitas del blog-. Y como todas las cosas que molan, aparece de repente y por casualidad delante de tus narices, sin que te lo esperes. Como debe ser. 


Está viejo, descuidado y tiene solo un poco más de tráfico que el aeropuerto para las personas de Castellón, pero quizá por eso -y por ser casi la última tipología de puente que esperaba encontrarme en la Galicia profunda- llamó mi atención lo suficiente como para que perdiese una hora de mi tiempo sacándole fotos. También pudo ser porque, a diferencia de puentes más modernos como por ejemplo el viaducto del Barbantiño -récord mundial en velocidad de construcción gracias a unas elecciones y récord mundial también en altura de badenes-, éste parece estar bien construido, transmite seguridad y no tiene pinta de poder irse a la mierda en cualquier momento. Es lo que tiene gastar el presupuesto de una obra en su costrucción y no tener que guardar un porcentaje para caprichos de políticos, Florentinos, Koplowitzs, Villar-Mires y demás fauna aburguesada.


Como decía al principio, un puente es un puente. Y aunque no sea el más cool del universo a mí me gusta, sirve para practicar procesados en blanco y negro y, de paso, también para rajar un poco, que siempre es bueno.




Un saludo.


Nota: Todas las fotos de este blog tienen copyright y no se pueden usar sin permiso del autor. All photos in this blog are copyrighted and can not be used without permission of the author.

3 comments:

  1. La viajera por España en MadridFebruary 8, 2013 at 9:32 AM

    Y salió la vena rajadora del Jouse... Claro q si!

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  2. Viaducto del Barbantiño...cada vez que paso por él...pienso que voy a salir disparada.
    Eso...UN PUENTE, ES UN PUENTE (y lo demás son cuentos)

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