Empiezo a escribir. Son las 00:02 Central European Summer Time. Lugar: Ourense capital. En la calle ya es de noche y toda clase de criaturas nocturnas salen a merodear y a alimentarse de jóvenes universitarias ávidas de bebidas espirituosas y nuevas y excitantes compañías. Fuera hace frío -solo 12 grados Celsius y bajando-, pero dentro de casa con pantalones cortos y camiseta de tirantes casi no se nota. Y lo mejor de todo es que no sé sobre qué escribir, así que voy a apagar el cerebro y dejar correr los dedos por el teclado. Avisados estais.
Dice la prensa española que un "cura" intentó robar un pendrive en el piso de Bárcenas en Madrid. Cuentan que él solito, con la única ayuda de una pistola en un estado bastante deplorable, fue capaz de reducir a cuatro personas -a saber, una criada, la mujer de Bárcenas, su hijo y según quién lo diga también un segurata-, atarlas con bridas y exigir un pendrive en el que se supone que debería estar la supuesta contabilidad B del supuesto partido político que supuestamente paga sobresueldos y supuestamente despide empleados en diferido. Suponiendo que este rocambolesco hecho sea real, a mí me acojona por varios motivos. Primero, porque por primera vez creo que la realidad puede superar ampliamente a la ficción -ficción en la que incluyo idas de olla del tamaño de algunas escenas de Airbag-. Segundo, porque el mero hecho de imaginarme a un tío disfrazado de cura y sacando una pipa para pedir una memoria USB hace que me parta el culo con semejante puesta en escena y profesionalidad. Y tercero... porque ver al hijo de Bárcenas con zapatos de mujer hace que me replantee -y no para mejor- mi forma de ver a los ricopijos de hoy en día. No es que tenga nada en contra de esos grandísimos hijos de... que viven como dios sin rascarla y tienen el futuro asegurado "por ley", pero me choca ver a un hombre llevando unos zapatos muy similares a otros que tenía mi madre hace casi veinte años.
Hablando de ficción y películas increíbles, el pasado lunes fui con varias personas al cine pagando por cada entrada lo mismo que en mis años mozos, que traducido a euros vienen siendo cuatro. Como lo importante era ir al cine porque estaba barato no escogimos película hasta llegar a la taquilla, y ya que el cartel de Gravity era el más molón con diferencia, allá que nos fuimos a verla. Por supuesto, en 3D. Llegamos a la sala, nos sentamos, nos pusimos las gafas 3D, empezó la película y ahí acabó todo lo bueno de la película, valga la rebuznancia. Porque a partir de ese momento todo lo que nos entró por la vista y los oídos fue mierda, mierda pura. No miento si digo que me aburrí tanto y le vi tan poco sentido a la historia que al acabar no me acordaba de cómo había empezado ni de algunas escenas intermedias. La historia es simple -los rusos la lían parda en el espacio, mueren casi todos y la única persona que sobrevive es la más estúpida del espacio exterior, que además provoca la muerte de su compañero de misión y curiosamente es capaz de pilotar sin conocimientos una nave rusa y otra china-, y como os la acabo de contar con todo detalle ya no necesitais ir al cine a verla. Fundido a negro y a otra cosa.
Tenía pensado escribir algo sobre bebidas alcohólicas, pero acaba de entrar mi hermano -con el que fui a ver Gravity y al que tampoco le gustó una mierda- a mi habitación buscando una sudadera que no existe y me acaba de cortar el rollo. Mi hermano se va el sábado a Belfast a pasar frío, hacer turismo, darme envidia viendo a Rab MacCullough y a hacer su primer vuelo en ultraligero. Resulta que una persona que vive allí -de la cual no puedo revelar su nombre por asuntos de seguridad nacional- le regaló un vuelo de media hora en un aparato llamado Ikarus C42 FB100, que no es más que un ultraligero biplaza con pinta de avioneta. Traducido a un lenguaje comprensible para todo el mundo, la historia es que alguien va a pagar 80 libras para que mi hermano se dé una vuelta de media hora en uno de esos coche sin carnet pero con alas. Aunque como dicen por ahí, a caballo regalado...
Vale, ya recuerdo qué quería escribir sobre los alcoholes... Cuando estuve en Madrid a principios de mes -os pongo el LINK para que volvais a ver las mejores fotos de deportes de mi vida- me llevaron a un sitio de copas en Chamberí llamado Red Velvet. Es un local pequeño con un cierto aire de cabaret -esa fue la impresión que me dio la primera vez que pasé por la puerta- en el que, literalmente, tomé las mejores copas de toda mi vida. En serio. Y digo más, ahora no me atrevo a volver a salir de noche por miedo a que todas las copas me parezcan meo de burra. Además, no tiene precio ver como Chus se pasa más de cinco minutos preparando un cocktail buenísimo mientras te explica la historia de la ginebra o los secretos de un buen ron. Bueno, sí que lo tiene pero es muy económico -y más teniendo en cuenta que está en Madrid-, así que no tiene perdón de Dios que no os paseis por allí si teneis oportunidad. Y ahora espero que este párrafo me reporte alguna copa de free en algún viaje próximo a la Capi. Porque soñar es gratis, qué coño.
Creo que este fin de semana me voy a aburrir, y mucho. Sigo teniendo el tobillo derecho fastidiado -y lo mejor es que no saben el porqué- así que las actividades físicas se descartan, mi hermano se lleva mi mierda de cámara de fotos, va a seguir lloviendo y para mejorar todo esto tengo que seguir procesando fotos de aparatos de dos ruedas -cosa que me da una pereza que no os la imaginais-. Podría ir a dar una vuelta en el Corsa, pero tampoco me apetece porque desde que le cambiamos las ruedas traseras agarra demasiado de detrás, se nota más subvirador y ya no es tan divertido de conducir. Se admiten sugerencias...
Son las y pico horas Central European Summer Time. Lugar: Ourense capital. En la calle sigue siendo de noche y toda clase de criaturas nocturnas siguen merodeando y alimentándose de jóvenes universitarias ávidas de bebidas espirituosas y nuevas y excitantes compañías. Me quedan un montón de huecos para escribir lo que me dé la gana pero se me acaban de terminar las ganas de escribir cosas con poco sentido y dudosa lógica, tengo sueño y aunque fuera sigue haciendo frío -solo 12 grados Celsius, pero estables-, dentro de casa con pantalones cortos y camiseta de tirantes ya se empieza a notar. Quizá la ventana entreabierta sea el motivo, pero son suposiciones mías.
Un saludo.
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La camiseta de tirantes que yo me sé???? ;)
ReplyDeleteYa sé que regalarte en el próximo amigo invisible... Tengo el complemento ideal para tu camiseta... jaja
Cuándo dices q vamos al sitio ese de las bebidas?
Sí tía, esa misma camiseta (aunque haga frío hay que quedar de macho delante de las nenas...).
DeleteAmigo invisible? Teniendo en cuenta cómo y dónde estamos tod@s yo diría más bien amigo inviable, pero cualquier regalo es bienvenido.
Al sitio de los cocktails ya tenías que haber ido hace unos días, mala amiga... :P
Cómo??? q haces fiestas privadas en casa y no avisas??
DeleteEn navidad todo es posible... tendremos q hacerlo viable en algún momento sino me voy hasta a olvidar de cómo era la niña...
Necesito q me hagan un pie... sino no voy...
Uy sí, una fiesta brutal, casi no daba escrito de tanta mujer que había en la habitación, veía de todo menos la pantalla del ordenador... (nótese la finísima ironía).
DeleteOrganiza algo serio para Navidad, y si lo das hecho te pago yo la comida.
Tienes dos pies, esa excusa no me vale (y menos me vale esa expresión tan de capital...). Repito, mala amiga...
Mala amiga yo??
DeleteCon lo q me acabas de decir por el chat no sé yo quien es peor...
Anda q enamorarse de una pro... Lo q hay q oír/leer!!!
... estoy completamente perdida... ¿fiestas privadas? ¿camisetas de tirantes? ¿enamorado de una pro???? en serio!!! ¿quien escribe ahora este blog??? Necesito URGENTEMENTE quedar en navidad, esto requiere EXCEL INMEDIATO... y aunque dificil, nunca imposible :p
ReplyDeleteNah tú no hagas caso, son cosas de La viajera por España, que se le va la olla de tanto viaje... Si estás en Navidades por aquí propón tú algo, que ya sabes que al excel no le hace caso ni dios jajaja
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