Friday, October 11, 2013

Red Bull Give Me Five


El fin de semana pasado cogí el ya famoso Opel Corsa y me fui a Madrid, esa gran ciudad donde todo el mundo conduce como el culo y que lo tiene casi todo. Mi equipaje, una bolsa con ropa para el fin de semana, unos bocadillos y la mochila de la cámara con los bártulos de afotar. Mi GPS, un papel con indicaciones a mano agarrado a una de las salidas de aire del salpicadero. Y además de eso, mucha moral, un depósito lleno de gasoil -cómo duele decir "lleno" últimamente- y mucha paciencia. ¿Por qué? Podría ser porque yo lo valgo pero no, fue por la misma razón por la que cualquiera de vosotros, hombres de pelo en pecho -qué viejo suena esto ahora que lo que mola es depilarse-, hubierais hecho lo mismo...

Una mujer. O hembra. O muhé, si sois andaluces.


Para no dar pistas y mantener el anonimato de la susodicha, de aquí en adelante me referiré a ella como mi femme fatale, más que nada porque encaja a la perfección en la definición que paso a citar a continuación -y que ningún hombre necesita leerla ya que sabemos de sobra lo que es, es más, me consta que todos tenemos una-:

Una femme fatale es una mujer seductora y misteriosa cuyos encantos atrapan a los hombres con lazos de irresistible deseo, y que a menudo les conduce a situaciones comprometidas, peligrosas o mortales. Yo añadiría estúpidas y carentes de sentido a estas situaciones, pero eso ya es cosecha propia.


Una femme fatale no se elige, aparece de la nada o incluso de allende los anchos mares. Y te cambia la vida. A peor. Siempre. Porque desde el fatídico día en que la conoces está ahí, omnipresente aunque esté a millones de kilómetros, pidiendo favores que sabes que harás aún a sabiendas de que no van a ser correspondidos, rellenando tu vaso de cerveza una y otra vez para que te emborraches mientras piensas que ella también lo va a hacer y que habrá  fin de fiesta -you know-, haciendo conversación sobre cualquier tema trascendente o intrascendente mientras te bebes ese penúltimo vaso de cerveza y te preguntas por qué coño estás allí pudiendo estar en cualquier playa haciendo algo más interesante, aceptando su invitación para quedarte en su casa porque "esta vez triunfo, tiene que ser la buena" aunque tengas la absoluta certeza que va a ser tan inútil como la última vez y que lo único que vas a sacar en claro del fin de semana van a ser un montón de fotazas de motocross, y un montón de cosas más que seguro que os pasaron a vosotros y vais a escribir en los comentarios de esta entrada. Y joder, acabo de escribir la frase más larga de mi vida, así que como compensación, aquí va una pausa para respirar acompañada de una foto:

[Pausa para respirar]

Sigamos. Por supuesto, toda femme fatale que se precie actúa con conocimiento de causa -y si actúa involuntariamente lo disimula muy bien-, colgando la zanahoria del palo delante de la cara del afectado, tirando la mano y escondiendo la piedra, creando situaciones cuanto menos ambiguas, y todo esto con el disfraz de buena persona puesto. Pero en realidad son el demonio, lo peor de lo peor, malas con avaricia... En definitiva, veneno puro. Y lo jodido es que lo sabemos, siempre lo sabemos pero como dice mi amigo Eloy, somos todos unos engañaos y basamos nuestra relación con nuestra femme fatale particular en el autoengaño, pensando en que vamos a conseguir algo mientras sabemos que acabaremos irremediablemente solos comiendo un arroz con bacalao en lo alto del puerto. Sarandonga.


En mi caso, mi femme fatale, una bellísima persona sin ningún defecto y que es la envidia de todas las mujeres de la tierra... Mierda, acabo de caer, ¿no habíamos quedado en que era el demonio? Bueno, a lo que iba, que me lleva hecho pasar unas cuantas situaciones curiosas en las que tuve que mentir como un bellaco, arriesgar mi físico o palmar pasta, por ejemplo. Pero yo lo hago con gusto porque según ella soy especial, y... Joder, otra vez. Ya te vale. Céntrate.


Ya que en la definición de más arriba se detalla cómo son estas situaciones a las que nos enfrentamos por culpa de nuestras femmes fatale particulares, paso a nombrar una de las últimas en las que me vi envuelto y que las engloba a todas: entrar al centro de Madrid desde Villanueva de la Cañada en coche, ya de noche, en solitario, pasando un millón de rotondas con un papel manuscrito a modo de gps, en hora punta y tomando por primera vez los túneles de la M-30. Como podéis comprobar, comprometida, peligrosa y cuasi-mortal, todo a un tiempo y con la adrenalina a tope. ¿Y todo esto por...? Efectivamente, habéis acertado. Autoengaño.


Yo, como soy así de especial y siempre pido más, tengo otra femme fatale de esas que le amargan la existencia a uno. Y como sé que ésta no va a leer el blog en su vida ni puede protestar, pongo su nombre completo: Pentax K-10D. Mi preciosa y maravillosa cámara de fotos. Que es una mierda anticuada. Que no acierta el foco ni a la de tres. Que ve menos que el que vende cupones en la esquina... Pero que me tiene enganchado sin poder evitarlo, y porque muy de vez en cuando me regala fotos como la de cabecera de esta entrada aunque después me deje a mí el marrón de procesarlas... ¡Mierda! ¡Si yo vine aquí a hablar de una carrera de motocross! ¿Dónde estoy? ¿Qué hora es? ¡Piensa McFly, piensa!


Bueno, el caso, resumiendo así rápidamente... Que el fin de semana pasado hubo al lado de Madrid -al lado es como llaman allí a estar a 40 km, los muy jodidos- un evento de motocross de estos raros que se inventa Red Bull de vez en cuando y que molan mogollón. Pero mogollón mogollón. Trajeron a los mejores del mundo, nos lo pasamos tela de bien y flipamos todos con Jorge Prado. Y como ya no me apetece escribir más os dejo un LINK donde podéis ver las clasificaciones, más fotos y un vídeo resumen.

Hala, ahí os quedáis.



























Un saludo.


P.D.: Esta historia podría estar basada en hechos reales. O no. O sí. Lo único totalmente seguro es que la redacción de esta entrada finalizó a las 02:51 de la madrugada, por lo que el estado mental del redactor a esas horas se puede asemejar más al de un borracho lunático que al de una persona sobria y en sus cabales.

P.D. 2: Las canciones que aparecen en los links del texto son -entre otras muchas- las culpables de que vuelva a estar motivado para procesar fotos y escribir aquí. Y las pongo porque son temazos. Y porque molan.


Nota: Todas las fotos de este blog tienen copyright y no se pueden usar sin permiso del autor. All photos in this blog are copyrighted and can not be used without permission of the author.

2 comments:

  1. La viajera por España en OurenseOctober 11, 2013 at 11:09 PM

    Impresionada me hallo... Me encanta

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    1. Teniendo en cuenta el estado en el que estoy a estas horas y que tengo un pánico brutal a hacer el ridículo en público, ahora solo me voy a arriesgar a decir gracias ;)

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