Como ya suele ser habitual desde hace tiempo, me pongo delante de la pantalla del ordenador y no sé qué escribir. Podría ser sobre trabajo, sobre trabajo o sobre trabajo, o también sobre el hecho de que si voy a la carrera de este fin de semana en Marín sería la quincuagésima carrera de descenso de mi historia -afotando, se entiende-.
El verdadero motivo por el que subo estas fotos no es contar nada especial, sino simplemente intentar mantener mi orgullo y subir el seis que la novia de mi hermano dio a mis fotos de este artículo en Iberobike sobre la inauguración del pumptrack y dirt jump de Sarria.
Muy posiblemente tenga razón al ponerme esa nota y decírmela -cosa que agradezco infinitamente más que el típico muy guapas las fotos-. Y muy posiblemente dicha nota tenga que ver también con el hecho de tener la sensación de estar totalmente estancado en todo lo relacionado con las bicis y las fotos: madrugar y pegarse un montón de viajes ya no merece tanto la pena, colaborar con la gente casi nunca tiene recompensa ni se valora, el beneficio de ir a una carrera de Copa del Mundo es exactamente el mismo que el de ir a una quedada, etc. Además, hablando puramente de fotos acabo haciendo siempre más o menos lo mismo y no termino de ver dónde o cómo puedo mejorar, con lo que si sumamos todos estos motivos es hasta lógico que las ganas de afotar disminuyan -y no poco-. De hecho, a la 01:30 del sábado aún no tengo nada claro si voy a ir a la carrera de Marín el domingo -bueno, quien dice a la de Marín dice a cualquier otra-.
Me conozco y sé que al final acabaré yendo a todas las carreras que me sea posible, aunque sea con pocas ganas y con la cámara apuntando al suelo... Porque el vicio es el vicio, aunque vaya a menos.
Espero impaciente la nota final.
Un saludo.
No comments:
Post a Comment